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educación ambiental - ecoguías - sustentabilidad

10 ene 2011

Escuela de Verano en el Valle Nonguén

La Escuela de Verano en el Valle Nonguén inicia una nueva versión con un horizonte claro: en un contexto regional, nacional y mundial de deterioro y explotación progresiva de nuestros espacios y recursos naturales, que acentúa y refuerza día a día las condiciones de vida desiguales, sin acceso a necesidades básicas para la gran mayoría de las personas que habitamos este planeta, debemos defender nuestros recursos.

Así, el lema este verano es Por la Recuperación y Protección de nuestros Recursos Naturales: Agua, Tierra, Bosque. Queremos cuidar y recuperar nuestros espacios vitales, aquellos que, únicos en cada localidad, están hoy en peligro de desaparecer o simplemente de caer en manos de unos pocos para sus suculentos beneficios a costa del futuro de nuestros hijos e hijas.

Desde el mes de enero desarrollaremos talleres para todas las edades, un ciclo de documentales regionales presentados por sus autores, un ciclo de tocatas y caminatas y un conversatorio (¿Por qué debemos cuidar el bosque nativo de Nonguén?) destinados a celebrar nuestro bosque, a tomar conocimiento y conciencia de nuestra responsabilidad para su cuidado y a aprender nuevas y viejas prácticas que nos enriquecen en el encuentro con los otros, con nuestro entorno.

... Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno... Se hunden los pies en el follaje muerto, crepitó una rama quebradiza, los gigantescos raulíes levantan su encrespada estatura, un pájaro de la selva fría cruza, aletea, se detiene entre los sombríos ramajes.



Y luego desde su escondite suena como un oboe... Me entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma oscuro del boldo...


Un tronco podrido: qué tesoro!... Hongos negros y azules le han dado orejas, rojas plantas parásitas lo han colmado de rubíes, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y brota, veloz, una culebra desde sus entrañas podridas, como una emanación, como que al tronco muerto se le escapara el alma... Más lejos cada árbol se separó de sus semejantes... Se yerguen sobre la alfombra de la selva secreta, y cada uno de los follajes, lineal, encrespado, ramoso, lanceolado, tiene un estilo diferente, como cortado por una tijera de movimientos infinitos...

Una barranca: abajo el agua transparente se desliza sobre el granito y el jaspe... Vuela una mariposa pura como un limón, danzando entre el agua y la luz... A mi lado me saludan con sus cabecitas amarillas las infinitas calceolarias... En la altura, como gotas arteriales de la selva mágica se cimbran los copihues rojos ... El copihue rojo es la flor de la sangre, el copihue blanco es la flor de la nieve...

En un temblor de hojas atravesó el silencio la velocidad de un zorro, pero el silencio es la ley de estos follajes... Apenas el grito lejano de un animal confuso... La intersección penetrante de un pájaro escondido... El universo vegetal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la música terrestre.

Quién no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta. De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo.

Pablo Neruda 
Confieso que he vivido.
(extraído de nuestros amigos de chilebosque)

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